Un poco sobre mí

De acuerdo con las estadísticas me encuentro más o menos en la mitad de la vida, a la misma distancia temporal del instante en que nací que del momento en que dejaré este mundo. Soy de Úbeda, he crecido en Madrid y ahora mismo vivo en el Reino Unido, donde hay días extraños en los que no llueve.

Me considero escritor. No vivo de escribir, pero en parte escribo para vivir. He tenido algún blog anteriormente, escribo mis propios diarios, tengo amigos por correspondencia y he escrito para algunas publicaciones. Es sencillo imaginar la enorme cantidad de millones que he ganado con la escritura. Me pregunto por qué sigo trabajando como técnico de laboratorio.

Soy individualista, tengo una extraordinaria facilidad para hablar solo en voz alta, no leo tanto como antes, duermo ocho horas como máximo, mi recién adquirida bicicleta tiene más años que yo y quiero ser dueño de mi vida pero tengo tres gatos (todos los que tengáis gatos entenderéis a que me refiero). Soy muy del Atleti cuando perdemos, tanto que todavía no he digerido la final de la Copa de Europa perdida... en 1974, las dos posteriores están todavía siendo masticadas. Me da mucha vergüenza presentarme en esta sección, con foto y todo, pero ya es hora de dar la cara.

Nace este blog porque tengo derecho a disfrutar de la vida un poquito más y ¡que carallo! vosotros también. La semilla fue plantada durante mi último viaje en bicicleta por la costa oeste de Estados Unidos. No es exactamente mi intención relatar lo que ocurrió durante este periplo o mis pensamientos acerca de él, pero seguro que es lo que va a ocurrir finalmente: muchas entradas del blog relatarán etapas de este periodo de mi vida pedaleando en solitario por las carreteras americanas. Creo que también hablaré de otros temas, pero todos ellos pasaron por mi cabeza a lo largo de aquel viaje, hubo tiempo para pensar en todo.

Big Sur es una región en la costa central de California. No es sencillo interpretar por qué da nombre a este blog pero si puedo explicar que recorrer su costa fue un regalo inesperado. Era un lugar totalmente desconocido para mí un día antes de pisarlo y se reveló como una iluminación cuando mi nueva amiga Tess me preguntó en un campamento en Monterey:

- ¿Cruzarás Big Sur?

Saqué el mapa, localicé el lugar y respondí:

- Si, cruzaré Big Sur.


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