10 Dec
10Dec

El segundo día de pedaleo tras abandonar San Francisco hacía el sur fue muy tranquilo. Pasé por algunos lugares interesantes, como el faro de Pigeon Point o Pescadero Beach, donde algunos pintores aficionados llevaban la espuma del mar a sus lienzos, pero en general fue un día poco destacable hasta casi el final.

La idea era dormir en un camping llamado Horse Camp, pero fue algo imposible: como su propio nombre indica, es un camping para caballos y jinetes. Desconcertado, me detuve en un lugar cercano a Horse Camp, llamado Rancho del Oso. Hay un centro de interpretación y visitantes en el que imparten charlas, salen visitas guiadas, se organizan otras actividades y está situado diecisiete millas al norte de Santa Cruz, en la zona de costa de Big Basin Redwoods State Park.

Este parque es un inmenso bosque combinado de viejas secuoias rojas y una nueva generación de estos mismos árboles plantados a lo largo del siglo pasado. Conecta con la costa por la zona en que se sitúa Rancho del Oso, así que es uno de esos lugares mágicos de California en los que puedes pasar de una playa áurea y soleada a un magnífico bosque cerrado y oscuro en pocos minutos. Consta de más de ochenta millas de senderos para patear, así que es un buen sitio para visitar si estás en el "estado dorado".

Después de merodear alrededor del edificio sin saber muy bien cual debía ser el siguiente paso, un ranger se asomó por la ventana preguntando si necesitaba ayuda. Si, la necesitaba. Con presteza, me invitó a pasar a su despacho. Con la vigilancia impasible de una serpiente al hogar de una luz infrarroja, el ranger me dijo que se llamaba Jens. Resultó ser un tipo muy simpático y colaborador, con una empatía derivada de su pasado como cicloturista: había viajado desde Anchorage, en Alaska, hasta San Francisco. Como tengo debilidad por la gente con facilidad para sonreír y que han viajado en bicicleta por Alaska, Jens me cautivó enseguida. 

Me ayudó a reservar y a pagar la estancia en uno de los dos campings que existen de camino entre Waddell Beach y el corazón del parque estatal, llamado Adler Campground. Me explicó como llegar al camping, me dejó cargar el móvil, utilizar el baño, y descansar durante un buen rato en Rancho del Oso. Con todas las baterías cargadas, me despedí de Jens y de la serpiente, que me observaba incansable a través del cristal.

El camino desde la carretera Ca-1 hasta el camping parte de Waddell Beach y se llama Skyline to the Beach Trail. Es un camino de tierra rodeado de campos de cultivo, por el que a media tarde escapan una horda de trabajadores agrícolas hacia sus hogares. Me sentía como si todas esas personas estuviesen huyendo de una catástrofe mientras que yo me dirigía hacia el centro del problema, por nuestras direcciones opuestas y sus miradas de sorpresa. 

Mi campamento era Adler Camp, y medio kilómetro después se encuentra Twin Redwoods, la segunda zona habilitada para acampar. Adler es un espacio preparado para acampar en medio de la nada, tan nada que a las siete de la tarde se evaporaron las últimas palabras humanas que rondaban por el aire. Tan solitario, que ni siquiera escuché sonidos animales durante la noche, solo el flujo de agua de Waddell Creek. No tomé ninguna fotografía de la zona, así que os pongo este enlace de una foto de google maps.

Diría que tanta soledad no perturbó mi sueño, descansé tan bien como cualquier otro día. Por la mañana, los mismos trabajadores del campo se cruzaron conmigo en sentidos opuestos a la tarde anterior. Mismas caras de sorpresa, un lugar más en mi memoria.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO